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¿Estás o no estás?

18 de junio de 2012

Miguel Ángel...¿Loco?

Miguel Ángel...¿Loco?

-Sir Buonarroti - dijo la dama alegremente cuando vio a Miguel Ángel - ¿Cómo está? 

-Lady Lancaster, es agradable verla de nuevo en las reuniones - le contestó amablemente mientras ella le sonreía contenta.

-No cree que estoy más...rejuvenecida - le preguntó excitada - Esa enfermedad me estaba matando, gracias a las manos milagrosas del doctor Douglas es que he conseguido recuperarme y ahora me siento llena de vitalidad y juventud, ¿no lo cree así, sir Buonarroti? - le volvió a preguntar. Miguel Ángel no lo creía así, la seguía viendo igual de mayor y poco agraciada, además de enferma, pero eso no se lo iba a decir.

-Así lo creo, Lady.

-He oído que la Opera del Duomo de la Catedral de Santa María del Fiore de Florencia le ha encargado una escultura. ¡Eso es fantástico! Pero...¿de que se trata exactamente?

-Será sorpresa, Lady Lancaster, no impaciente. - rió y ella rió con él.

-¿Pero ya esta terminada? Supongo que eso me lo pude decir. - le susurró como si fuera un secreto.

-Casi, en unos días lo vereís my Lady, con su permiso tengo que ir a terminar mi obra - le besó la mano y siguió el camino que había emprendido antes de que Lady Lancaster se interpusiera en su camino.

Una vez fuera del elegante salón corrió rápidamente hacia su carruaje y condujo hasta su casa. Una vez allí, se adentró en su sala de escultura encendiendo las velas una a una lentamente, como si temiera romper la paz del lugar. Una vez encendidas todas las velas miró a su alrededor como si fuera la primera vez que veía el cuarto. En medio de esta había una gran escultura de mármol, de tamaño irreal que presentaba a un hombre perfecto...el Rey David bíblico. Se encontraba allí, en toda su gloria, sus facciones mancadas y masculinas, su cuerpo fuerte y blanco, los músculos marcados, los ojos expresavan determinación y sus labios mostraban una sonrisa ladina y fiera. Esa escultura representaba fervientemente el momento previo a la enfrentación del Rey David con Goliat, y también enamoraba a Miguel Ángel.

Él, el gran escultor se enamoró de su escultura y con solo pensar en entregarla y que todos pudieran admirarla y no solo él le ponía furiosos y lo volvía loco. Al pensar en todos los ojos tanto de mujeres como de hombre que mirarían la escultura y se enamorarían le dio un ataque de rabia impresionante, cogió una de su herramientas más pesadas y la golpeó contra la estatua una y otra vez. Cuando se le pasó el arrebato y vio lo que había hecho, cayó de rodillas pidiéndole perdón a la escultura y llorando.

Después de eso Miguel Ángel se dio cuenta de que esa escultura no podía ser expuesta y tuvo que hacer otra en tiempo record. Cuando todo el mundo pudo admirar su obra le felicitaron y premiaron diciéndole frases como; "Es la mejor obra que he visto" o "Podrías hacerme una a mi, sir" Lo que nadie sospechaba es que ese no era el verdadero David, el verdadero se encontraba en sus aposentos en una camara secreta donde nadie podía ver su hermosura, donde nadie podía ver las reparaciones a las que fue expuesto, donde nadie podía darse cuenta de la verdadera locura que sufría Sir Miguel Ángel Buonarroti...

Say¡

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