El árbol de nuestras aventuras.

Recuerdo ese día demasiado bien, como si lo estuviera viviendo de nuevo, pero sin estar en movimiento, solo recordando, y volviendo a sentir las emociones que sentí aquel día, 21 de octube.
Ese día, al salir de la escuela, me susurraste al oído que tenías un secreto, y que a mí sería a la única persona que se lo contarías. Sería nuestro secreto, nuestro pequeño y a la vez gran secreto.
No te lo pensaste 2 veces y cogiste tu bicicleta,empezando a pedalear tan rápido como podías, como el niño tan risueño y entusiasta que eras, y yo comencé a seguirte con mi nueva bici eufórica como la niña soñadora y energética que era.

Lo único que me decías, entre tanto nerviosismo, era que no me quedara atrás, que intentara que mi bicicleta nueva fuera más rápido. Me dijiste que, ese secreto, era demasiado valioso para que lo descubriesen.
Al, fin, después de tanta impaciencia, me llevaste a nuestro campo, donde solíamos ir cada tarde después de la escuela, a imaginar aventuras mientras nos balanceábamos en
nuestros columpios; echos solamente con dos viejas tablas de madera y unas cuerdas.
Recuerdo que tu siempre deseaste convertirte en un pirata, y surcar los mares con tu gran tripulación y tu hermoso barco. Yo te prometí que te acompañaría en cada uno
de tus viajes, explorando mundos todavía escondidos en algún lugar.

Allí me cogiste la mano con suavidad, y me guiaste hacía una colina, no muy lejos de nuestros columpios.
Todo era llano y verde, y me pregunté cual sería ese gran secreto, o sorpresa, que tanto deseabas que contemplara.

Nos tumbamos en la hierba, tan verde y radiante como siempre.
Recuerdo tus dulces palabras, cuyas guarde en mi mente, hasta ahora:

-"Aquí estamos, tu y yo, solos tumbados contemplando el cielo, y esperando a que se asomen las
estrellas, y a que el sol se vaya a dormir, tu y yo solos. Justo debajo de nosotros, se encuentra
mi secreto, nuestro secreto. Justo debajo, hace ya algunos días, planté una semilla, una muy pequeñita, la cual se convertirá en un bello árbol. Crecerá hasta tocar el cielo, y sus raices serán tan fuertes, que ni el más fuerte de los vientos podrá derribar. Esté será nuestro árbol, el árbol
de lo que serán nuestras infinitas aventuras"

Sí, siempre recordaré ese día, como el más feliz de todos.